Crónica Ocho

A veces la serie de números esta te juega una mala pasada. Como hoy, que hace pocos días que hice una crónica y ya tengo que hacer otra. Menos mal que la prensa siempre sale en mi ayuda y me ha bastado una mirada a las portadas de los diarios para encontrar un tema de disertación. Hoy lo encontré en la portada de «El País», y reza así

Una mujer recibe el implante de un brazo biónico que le permite doblar el codo con la mente.

(Os he dejado enlace a la versión digital del periódico, por si no os fiáis, pero lo podéis ver en el País de papel)

Pues resulta que después de leer este titular, me puse a pensar en la mente y sus posibilidades. Eso que todos hemos oído alguna vez de que solo utilizamos un 10% de nuestro cerebro. No creáis que me puse a filosofar sobre los niveles de estupidez que podríamos alcanzar su utilizáramos más, si con el 10% estamos como estamos. No. La verdad es que hoy estaba un poco cansado y me he quedado en la «primera pantalla», es decir, en el nivel elemental, el de la propia noticia: Doblar el codo con la mente.

Me quedé pensando en cómo sería eso, si sería posible y, como no tenía mucho más que hacer, pasé a la fase experimental. Me puse a mirar fijamente mi codo, me concentré al máximo y comencé a pensar repetidamente «Dóblate. Dóblate». Enseguida me di cuenta de que el lugar donde estaba no era el apropiado para tales experimentos, así que me senté en el sofá (más propenso a la relajación) y comencé de nuevo. «Dóblate. Dóblate»

Es posible que penséis que, al estar en el sofá, me quedé dormido y soñé lo que viene a continuación. No tengo pruebas documentales (vídeos), pero tenéis que creerme. Como muchos ya habréis adivinado, ¡el codo se dobló! Y no solo eso, sino que después ¡volvió a su posición original! Juro que no le toqué con nada, fue solo con la mente.

Y es que es asombroso el poder de la mente humana, que lo mismo puede doblar un codo que escribir todo este cúmulo de tonterías. Y eso sin entrenamiento, que si estudias la carrera de Periodismo, puedes llegar incluso a escribir titulares de «El País».

Increíble.

2 respuestas to “Crónica Ocho”

  1. Radioactivo Says:

    Pues fíjese usted querido amigo que yo he experimentado lo contrario. Me puse un video porno y al ver a ese cuerpo femenino masturbarse yo pensaba «no te levantes, no te levantes» y no fuí capaz de mantenerlo agachado, al final se levanto. Y esque hay veces que la mente no es tan poderosa como la cabeza que tenemos abajo escondida.

    Otras veces en cambio pienso en una chica que me gusta y en como le haría el amor y cnsigo que eso se levante a velocidades extremecedoras, una paradoja, por eso cada vez que alguien dice que «voy a levantar peso» cuando va a mear, siempre digo que eso es mentira porque eso se levanta solo con el pensamiento.

    La mente humana a veces se contradice ella sola, mueve cosas pero a la vez no puede evitar movimientos que no queremos.

    Un saludo querido amigo.

  2. da-beat Says:

    Es cierto, Señor Radioactivo. Pero no es que sea más poderosa «la cabeza de ahí abajo», sino que la usamos al 90%.
    En cualquier caso, me preocupa más saber cómo es posible que contestes a mi crónica antes de que la escriba, ya que yo la envié a las 23:54 (al límite para ser fiel a la serie numérica), mientras que su respuesta es de las 10:36 pm, es decir, las 22:36. ¿Acaso Usted usa más del 30% de su cerebro? Porque en ese caso significaría que usa su (censurado) en un 120% o más, para que salga ganando….

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