Crónica Diecinueve y Siete

12 May 2009

En el Planeta Tierra hay perros, gatos, elefantes, mosquitos, bacterias, humanos, tigres, virus, cocodrilos, osos y un sinfín de especies que viven en un equilibrio entre la convivencia y la lucha. En el Planeta Mundo no. El Planeta Mundo sólo se ve desde la perspectiva de los humanos (no en vano es un invento suyo), de modo que hay “humanos” y “el resto”. La convivencia y lucha del Planeta Tierra trasladados al Planeta Mundo dan como resultado “especies amigas” y “especies enemigas”, también llamadas “especies peligrosas”. Como los virus.

El Planeta Mundo tiene además otras cualidades y conceptos que no existen en el Planeta Tierra. Uno de ellos, bastante curioso, es la culpa. Y digo que es curioso porque, siendo un término exclusivamente humano, siempre la echamos fuera. Nosotros nunca tenemos la culpa. Y es impresionante lo que llegamos a hacer para echar la culpa a los demás. Recuerdo haber leído una vez un microcuento que decía así (fue escrito para un programa de radio. Desconozco al autor. Por favor, si eres tú o lo conoces, házmelo saber):

Hoy hace ocho años que Antonio me regaló esta lupa y desde entonces no he dejado de quemar hormigas.
Antonio es un enfermo.

La primera vez que lo leí me cayó mal el tal Antonio. ¿Cómo se puede ir por el mundo regalando lupas y destrozando la vida de las personas (y, colateralmente, de las hormigas)? Fue a la segunda o tercera vez que lo leí cuando me di cuenta de que el narrador del cuento también tenía su parte de culpa. Es decir, con un poco de imaginación puedes utilizar una lupa para otras cosas, como quemar papeles, quemar hojarasca…, incluso se puede ir más allá y utilizarla para cosas totalmente extrañas, como aumentar las letras de un escrito. Visto así, Antonio no tenía ninguna culpa, aunque en principio todo parecía indicar que sí.

Resulta que, en el Planeta Mundo, la historia de Antonio y el narrador no es tan extraña como uno piensa. De hecho, es tan normal que uno puede encontrársela en la portada de un diario y no darle importancia. Es lo que ocurrió el pasado domingo en El País, en cuya portada pudimos leer lo siguiente (párrafo de la izquierda):

gripe

Que yo sepa, de lo único que podemos “culpar” al virus es de multiplicar su capacidad letal. Los otros dos casos (y, por supuesto, ese “O todos juntos” que se los pone de corbata al más optimista) no tienen mucho que ver con el virus, sino con nosotros mismos. Concretamente, el tercer caso (que cunda el pánico mundial) no lo provocará el virus, sino los medios de comunicación con portadas como ésta, que sabemos no es un caso aislado.

La verdadera pandemia es esa obsesión de los medios de comunicación por el morbo disfrazado de “noticia seria” (y tan seria, ya que se trata del Apocalipsis). Afortunadamente, y a pesar de los repetidos intentos, no ha cundido el pánico (va a ser verdad que lo único que nos interesa es el fútbol) y puedo escribir esta crónica que he pospuesto deliberadamente para no “echar más leña al fuego”. Ustedes lo comprenderán.

Crónica Diecinueve y Seis

30 diciembre 2008

Otra pregunta:

¿Cómo sabemos lo que alguien quiere decir cuando el único dato que tenemos es lo que dice?

Crónica Diecinueve y Cinco

7 octubre 2008

Si ya hemos aprendido a distinguir entre los dos, nos daremos cuenta de que el Planeta Mundo es mucho más complicado que el Planeta Tierra, y no precisamente por la simplicidad de este último. Ya escribí una crónica para dejar claro que, a veces, lo que parecen pruebas evidentes de algo no lo son. Tengo que volver sobre el tema porque hoy ha vuelto a suceder.

Aquellos de vosotros que leáis varios periódicos para «informaros» de algo, habréis recordado la teoría de los universos paralelos al ver las portadas de «El País» y del «ABC«, que os pongo a continuación:

Ojo, porque la portada que puede verse en Internet es la de la edición de Madrid, que es esta:

Desconozco los motivos por los que hacen dos titulares tan diferentes, pero voy a la crónica. Decía que, al leer en un periódico que el Papa ha dicho «La fe se debilita hasta extinguirse» y en otro ha dicho que «La fe nunca se extinguirá», uno puede pensar que es otra prueba evidente de que existen los Universos Paralelos y, de vez en cuando, se entrecruzan. Pero, amigos, el Planeta Mundo está lleno de recovecos y a veces la solución es otra. En este caso, la diferencia entre ambos titulares se debe a una cuestión tan simple como un problema de traducción. El Papa dijo lo que dijo en latín, idioma que, como todos sabemos, solo habla él y sus amigos. Los demás solo tenemos unas nociones básicas que aprendimos en el Bachillerato (y gracias). De modo que nos suenan las declinaciones, rosa-rosae y algunas palabras más. Así, a la hora de traducir, se sabe que dijo la palabra «fe» y usó el verbo «extinguirse». Por otro lado, en latín, hay una gran similitud entre las palabras «debilitarse» y «nunca», y fue este el motivo de las diferentes traducciones.

Crónica Diecinueve y Cuatro

1 octubre 2008

Aunque parezca un tuiter, la crónica de hoy es interesante: En el Planeta Mundo, es difícil que la gente conteste voluntariamente a las preguntas complicadas. Podría enrollarme mucho más, pero sería darle vueltas a lo mismo.

Pregunta

13 septiembre 2008

¿Qué pasa si los «malos» tienen razón?

Crónica Diecinueve y Tres

9 septiembre 2008

Parece que escogí un mal momento para retomar estas crónicas, es posible que esta que estáis leyendo sea la última. La decisión esta vez es ajena a mi voluntad, y está motivada porque mañana miércoles puede tener lugar el fin del Planeta Tierra y, como efecto colateral, el fin del Planeta Mundo. De verdad que me gustaría seguir escribiendo, pero comprenderéis que si se acaba el mundo, me va a resultar un poco difícil.

¿Y quién ha dicho que mañana se acabe el mundo? En realidad es una deducción lógica. El sábado leí este titular en la portada del «Público»:

No sé vosotros, pero yo, si en la portada de un periódico serio me aseguran que no van a destruir la Tierra, cuando menos, me acojono. Por supuesto, en privado. En público (no en el periódico, sino lo que siempre se ha entendido con esta expresión) diré que eso es una estupidez, por una cuestión práctica: Si a alguien que dice que el mundo se va a acabar le dices que eso es una tontería, pueden ocurrir dos cosas:

  • Que no tenga razón, en cuyo caso habrás acertado porque efectivamente era una tontería.
  • Que tenga razón, en cuyo caso él no podrá echarte en cara que el tonto eras tú.

Por el contrario, si te lo crees, los casos son:

  • Si acierta, nadie te va a felicitar por estar en el bando de los que tenían razón.
  • Si falla, al día siguiente todos se van a reír de ti.

Por lo tanto, que sepáis que oficialmente yo pienso que el mundo no se va a acabar. Así que me despido de vosotros.

Hasta la Crónica Diecinueve y Cuatro.

Crónica Diecinueve y Dos

8 septiembre 2008

En algún momento esto pudo parecer un blog educativo. No era esa la intención, pero supongo que a uno se le va la mano sin querer. La intención, como bien sabéis, es comentar esas cosas que el género humano hace sin darse cuenta y le parecen normales pero que, si nos paramos a pensarlo, no dejan de ser simples tonterías. Pero hace unos días me pasó algo que derrumbó totalmente este planteamiento: Me dí cuenta de que hay muchas personas que, si se paran a pensarlo, siguen viendo esas cosas normales y bien hechas. Y entonces comprendí que el mundo siempre estará dividido, al menos, en dos grupos irreconciliables, se trate el tema que se trate. Cada uno de los grupos tiene una visión tan clara del asunto tratado que es imposible convencerlos. Ni siquiera el método científico sirve y, por supuesto, mucho menos donde el método científico no tiene cabida.

¿Cómo he llegado a este punto? En dos sencillos pasos (enlaces) que os pongo a continuación. No me voy a extender más porque los dos enlaces tienen bastante que leer y os lo recomiendo. Eso sí, leed el enlace antes de seguir leyendo esta crónica.

Paso 1: Leed este post de Rafael Robles. Hay varios enlaces: por lo menos deberíais leer el «contrato».

Paso 2: Una vez leído ese post, ya sabéis lo que pasó. Ahora leed este otro post de Jack The Ripper

Escribo esta crónica antes de ver el programa, pero supongo que la leeréis después de la emisión. Lo bueno es que los dos seguirán viendo las cosas «a su manera».

Crónica Diecinueve y Uno

3 septiembre 2008

¡Ahi vá! ¡Han vuelto!

Lente gravitatoria en el ciberespacio

2 junio 2007

Además de todos los líos que hay en el Planeta Mundo, de los que voy dando cuenta en estás Crónicas, hoy me entero de que también hay líos en el Mundo de los Planetas, así que me veo obligado, como el pasado verano para defender a Plutón, a hacer un paréntesis en mis Cronicas para informaros de lo siguiente:

planetaeducativo.png

Esta vez no es un Planeta que nos quieren quitar, sino un nuevo Planeta al que han puesto el nombre de uno que ya existía. Teníamos el Planeta Educativo de Aulablog y ahora hay un nuevo planeta en Internet con el mismo nombre… y ¡los mismos contenidos! ¡Incluso se hace eco de los blogs que piden su retirada, jejeje!

Como esto puede dar lugar a errores y a no saber en qué lugar exacto del ciberespacio te encuentras (en especial a los autoestopistas blogalácticos sin guía), se ha comenzado una campaña para el cambio de nombre del segundo planeta, el descubierto más recientemente. Si estás de acuerdo, toma el banner que acompaña a este texto y pégalo en tu blog.

Por una Blogalaxia sin confusiones. Nos vemos en la Crónica Veinte.

Crónica Diecinueve

28 May 2007

Como ayer hubo elecciones y yo considero que la política es una de las mayores estupideces del Planeta Mundo (si no la que más), aprovecho esta Crónica Diecinueve (número primo) para explicar más ampliamente mi posición al respecto, dado que los comentarios en el blog de Montse se quedan cortos. Son los resultados de mi «Jornada de Reflexión», algo que no hace el noventa-y-tanto-por-ciento de la población, así que será largo.

1) RAZONES COMPARATIVAS

Para mi, no hay gran diferencia entre el mundo de la política y el mundo rosa. Todos están ahí porque la gente los apoya (votando a unos, y viendo programas y comprando revistas a otros). Seamos serios: la democracia es un chiste, pero como alguien dijo (seguramente con razón) que era el menos malo de los sistemas de gobierno, nos la tomamos en serio. Tenemos la democracia que votamos, al igual que tenemos la televisión que vemos. A saberse: aunque en teoría hay muchas cadenas para elegir, en la práctica solo hay 5 , lo mismo que los partidos políticos. De esas 5, el pastel se lo reparten entre 3 (TVE-1, A-3 y T-5). El pastel político ya sabemos: PP y PSOE. IU sería como Cuatro (está ahí, pero la mayoría lo ignora) y los demás, como La 2 (Estar, están; y seguro que son más serios que los demás, pero nadie les hace caso).
De modo que la televisión que vemos la deciden 3 cadenas, y la política que votamos, 2 partidos. Y no es por falta de opciones, cierto, pero si esas 3 cadenas deciden poner programas de cotilleo, la gente va a ver programas de cotilleo. La mayoría de la gente que no ve la 2 no es porque no quiera, sino porque «no sabe que existe» (mirad a vuestro alrededor, cuando alguien haga zapping o mire la programación en el periódico: La 2 es como invisible). Y no es en absoluto casualidad: El deporte va en La 2, pero si es algo importante, lo pasan a la 1. Lo mismo ocurre con los demás programas (y presentadores): Si tienen éxito, van a una de esas tres cadenas. Así, cuando se habla de un programa (en una revista, en las charlas de bar o en un blog) nunca será uno de La 2. Ya sabéis, lo importante es que hablen de mí, aunque sea mal. Si no hablan de ti, «desapareces».
En política, no es que no haya más partidos, es que «parece» que no los hay. De modo que la gran mayoría, al hacer zapping para elegir su voto, va a considerar solo entre 2 opciones (3 a lo sumo). La política que hacen esos dos partidos, al igual que la televisión de las 3 cadenas, es sencillamente un escándalo. Vemos la televisión por inercia, haya lo que haya. Votamos por inercia, hagan lo que hagan. Si lo pensáramos un poco, dejaríamos de ver la tele. Entonces, ¿por qué no dejar de votar?

Vale, ahora tendréis en mente el voto en blanco. Reformulo la pregunta: ¿Por qué, teniendo la opción del voto en blanco (supuestamente, apoyas la democracia, pero no a los partidos), dejo de votar? Aquí viene el punto 2.

2) RAZONES MATEMÁTICAS

Según la Ley Electoral, por el artículo 96.5, el voto en blanco es un voto «válido», mientras que el no-voto no lo es. La misma Ley, en su artículo 180, dice que no son tenidas en cuenta aquellas candidaturas que no obtengan, por lo menos, el 5 por 100 de los votos válidos emitidos. Esto hace que los votos en blanco, al ser considerados válidos, se lo pongan más difícil a los partidos minoritarios, con el peligro de acabar con un sistema bipartidista (más bipartidista que el actual, quiero decir).

Veamos un ejemplo de ayer: En Zamora, mi ciudad, fueron a votar 34359 personas, que suponen un 60’53%. Eso significa que estaban llamados a votar 56763 personas, y no lo hicieron 22404. Los resultados fueron:

Partido

Votos

Concejales

PP

14882

12

PSOE

10711

8

IU-LV-CYL

4597

3

ADEIZA-UPZ

2611

2

C.I.

474

PREPAL

135

LVE

133

ZU-UPL

123

     Al votar 34359 personas, el 5% necesario para obtener representación es de 1718 votos. Por eso hay 4 partidos que no optan a ningún concejal, por no alcanzar esa cifra. Si las 22404 personas que no votaron, hubieran decidido confiar en la democracia pero no apoyar a ningún partido, es decir, hubieran votado en blanco, los votos necesarios para optar a concejales serían 2838 (el 5% de 56763). En ese caso, solo habría representación de 3 partidos, no de 4.

En Barcelona, de cambiar no-votos por votos en blanco, de 5 partidos que tienen representación, quedarían 3, al igual que en Zaragoza. En Madrid, de 39 partidos que se presentan, solo obtienen representación 3. Con votos en blanco en lugar de abstención, seguirían los mismos 3, pero IU rozando el límite. En Sevilla, IU no sobreviviría, quedando solo PP y PSOE, al igual que en Valladolid, Oviedo o Granada.

Ya ves, uno vota en blanco porque no le gusta ninguno de los candidatos y, en vez de ampliarle la oferta, se la reducen. La única forma de «votar pero no votar» es con el voto nulo, que no cuenta como válido. Es lo mismo que no ir, pero yendo. El problema del voto nulo es que nadie se fija en él. Se habla de cifras de participación y abstención, pero no de cifras de voto nulo. Da más la impresión de que son las papeletas defectuosas, las que no valen. La abstención, en cambio, da la impresión de que no nos interesamos por la política. Has podido ir, pero no quisiste. Sin duda, eso representa más mi posición y, como la democracia es eso, elegir tu representante, yo elijo no votar.

3) RAZONES PRÁCTICAS

Esto es un poco complicado verlo a escala nacional o en ciudades grandes, así que pensad en pueblos pequeños, en los que los candidatos «no viven de la política» como puedan hacer Gallardón o Zapatero. ¿Cuántas personas conocéis que se presenten porque creen que pueden hacer cosas por el pueblo? No digo que no los haya, ojo, pregunto cuántos conocéis. Yo también conozco a más de uno, pero conozco a muchos más que lo hacen por motivos personales (ayudas, subvenciones y ventajas varias que aporta el estar «metido en política»). A escala nacional, no se sabe directamente, pero sí hay una prueba indirecta: No lo dudéis, si los políticos quisieran cambiar el mundo, el mundo ya habría cambiado.

Por todo esto he decidido no votar. Espero que, quien lo haya pensado, me aporte razones para que lo haga. Al igual que en anteriores crónicas, voy a aprender mucho de los comentarios, los estoy esperando ansiosamente desde ya. Y no os preocupéis por extenderos, ya veis mi post.